Al registro del primer caso de la enfermedad por un nuevo coronavirus el SARS Cov 19 en el mundo, en la provincia China de Wuhan el 31 de diciembre de 2019, nadie podría imaginarse que viniendo de un lugar tan remoto, en tan solo dos meses, el 27 de febrero, la ciudad de México, presentara su primer caso de coronavirus y que esto nos cambiara la vida.
No solo los mexicanos y en especial los campechanos, ante el rápido avance de una pandemia extremadamente mortal, nos sumamos a la parálisis de actividades, al confinamiento, sino que en un corto tiempo tuvimos que adoptar una seria de medidas para mitigar el avance de la enfermedad, con el uso de cubrebocas, caretas, sana distancia y otras prácticas que hoy exigen sean una parte prioritaria e indispensable para frenar la enfermedad, sino que exige cumplirse en esta nueva normalidad y que debe arraigarse como parte de nuestra cultura : La higiene.
Y es que en nuestra cotidianidad, el aseo personal, habría sido el hábito más importante para preservar la salud, pero tras la declaración de aparición de la pandemia, por la expansión del virus y la enfermedad por el mundo, el concepto de higiene, también se tuvo que ampliar a grados extremos que hoy nos llevan a la limpieza, frecuente y permanente de cualquier espacio donde se congreguen humanos.
Ante esta nueva circunstancia, la higiene y la limpieza, no solo es indispensable, sino que los productos , han pasado incluso a formar parte de la canasta básica y la gama no solo creció, sino que hoy, podemos encontrar para todo, para todos, con precios variables y lo que más nos debe de importar que estos sean seguros y de calidad.
Como toda, “fiebre”, “moda” o “necesidad”, nos hemos tenido que adaptar a nuevos productos y rescatar otros que usaban las abuelas.
Si bien los productos de limpieza son una clave para mantener la buena salud, la efectividad va a depender mucho de atender las recomendaciones de manejo y aplicación a fin de evitar, accidentes, por quemaduras e intoxicación.
Es importante que antes de adquirir un producto, no solo tenga una amplia explicación del efecto, sino de los compuestos y los cuidados de aplicación, pues no dejan de ser químicos.
Afortunadamente, hay importantes avances, no solo en la fabricación de los mismos, sino que hoy las autoridades sanitarias están más atentas en la regulación y cumplimiento de las leyes.
Hoy en dia no solo existen alternativas inocuas, sino ecológicas y biodegradables. A los que habrán de sumar importantes consejos.
Cómo seguir las instrucciones del fabricante o proveedor:
Si son cloros, amoniacos, usarlos en lugares ventilados o dejarlos reposar, estando fuera de su alcance.
Mantén los productos en su envase original y sobre todo no combinarlos ya que esto puede restar efectividad y provocar accidentes, al emitir gases tóxicos entre ellos como los detergentes, lejías, amoniacos, alcoholes, aerosoles, etcétera.
Usa guantes y mascarillas siempre que sea posible y lávate las manos con abundante agua, después de utilizarlos.
Finalmente en caso de ingesta o quemadura, evite auto medicarse y consulte de inmediato al médico.